Datos sobre el origen del vino.
El vino ha sido una de las bebidas más populares en la humanidad durante miles de años. Nuestra afición natural a esta bebida se deriva de su maravilloso sabor, sus propiedades nutricionales y no menos importantes sus efectos embriagantes.
De todas las bebidas alcohólicas, ninguna ha tenido tal impacto en la sociedad que incluso se menciona frecuentemente en la Biblia desde Noé y sus viñedos.
El primer rastro del vino se remonta a fósiles de sesenta millones de años, lo que significa que nuestros antepasados homínidos podrían haberse dado cuenta de que las uvas más viejas habrían sido más deseables, se cree que el arte de hacer vino comenzó poco después del 6000 a. C. cuando los humanos crearon los primeros asentamientos permanentes a través de la domesticación de animales y plantas, esa estabilidad permitió experimentar con su cocina y bebidas. Algunos de nuestros platos y bebidas favoritos que todavía disfrutamos hoy se desarrollaron en este período de tiempo, incluida la cerveza y, por supuesto, el vino.
El vino de los faraones egipcios era un pariente lejano del vino que conocemos hoy en día, pues además de las uvas, tenían más componentes como las algarrobas, los sicomoros, higos, palmeras y granadas, así que es de esperar que el sabor sea diferente al vino de hoy.
Fueron los fenicios quienes introdujeron a los griegos a los placeres del vino. Después de que los fenicios mostraran el vino a los griegos, se difundió el uso del vino en gran parte de Europa.
El antiguo vino griego se hizo popular en Europa, gracias a que los colonos griegos sembraron esquejes de cepas silvestres por todo el continente, esto significa que muchas de las variedades de uva que conocemos hoy en día son descendientes de las antiguas variedades griegas.
Se conoce que los griegos fueron la primera civilización en catalogar el vino por su origen, pues sabían que el mosto proveniente de Hios y Thassos era superior al mosto de Samos, también se sabe que solían revestir las vasijas con resina de árbol, lo que le agregaba mayor consistencia a la mezcla.
Los romanos son el siguiente pueblo en esta línea del tiempo, son sumamente importantes en esta historia, dado que sentaron las bases de la industria vinícola, pues clasificaron gran parte de las variedades de uva conocidas, inventaron el barril de madera para, (gran avance teniendo en cuenta que el tipo de madera utilizada influye en los sabores del vino) y también fueron ellos los primeros en envasar el vino en una botella de vidrio.
Al principio a los romanos no les gustaba el vino y preferían la cerveza o hidromiel que producían los bárbaros galos, hasta que adquirieron el primer libro sobre la elaboración del vino gracias al saqueo de Cartago 146 a. C.
Los romanos, al igual que los griegos, disfrutaban de fiestas donde se celebraban debates filosóficos y lecturas de poesía. La diferencia en estas fiestas era que los romanos tendían a emborracharse mucho.
El vino no era solo para divertirse, sino también tuvo un papel importante en los rituales religiosos que se conservaron hasta en las tradiciones católicas, nadie puede decir a qué sabía el vino romano, pero al igual que con los griegos, podemos hacernos una idea por el sabor del vino elaborado con las variedades de uva supervivientes.
Cuando el Imperio Romano cayó en el año 476 d. C., Europa Occidental pasó a la Edad Media y la elaboración del vino se mantuvo viva gracias a la Iglesia Católica Romana.
Desde la edad media las técnicas de elaboración de vino han avanzado progresivamente con respecto a los avances de la ciencia, sin embargo, algunos productores han conservado procesos tradicionales de producción como el de pisar las uvas.