Qué dicen las etiquetas de los vinos

Degustar un vino es una gran experiencia que comienza desde el momento en que descubres su personalidad plasmada en su etiqueta.

1. Etiquetas de Vino

Desde la siembra de la vid hasta el momento en que deleita tu paladar, la elaboración de un vino es un proceso que requiere tiempo y dedicación. Entre la diversidad de uvas y sus distintos sabores, encontrar un vino que satisfaga nuestros sentidos —vista, gusto y olfato— es un gran placer. Esta elección depende, en gran medida, de la información que podemos obtener de las etiquetas.

 

 

Ciertos datos son recurrentes en estas etiquetas, como el nombre y tipo de vino, la región o país de producción, el año de cosecha, la graduación alcohólica y el volumen de la botella. Sin embargo, te invitamos a explorar otros elementos que conforman lo que podría considerarse la carta de presentación de un vino.

2. Variedad de uvas para vino

La inclusión de una variedad de vid específica en la etiqueta depende del porcentaje de dicha uva presente en el producto. Este requisito varía según el país; por ejemplo, en Argentina se exige un 85%, mientras que en México basta con un 60%.

Aunque el tipo de uva es un gran indicador del sabor del vino, no siempre aparece en todas las etiquetas. En Europa, por ejemplo, no es un elemento obligatorio, ya que se da prioridad al prestigio y la tradición de sus regiones vitivinícolas. En contraste, en países considerados del “Nuevo Mundo” en la industria vinícola, como Chile, México y Australia, especificar la variedad de uva es un requisito obligatorio.

 

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3. Vinos con denominación de origen

Las características específicas de una región, incluyendo sus condiciones naturales y climatológicas, así como sus sistemas tradicionales de cultivo, crianza y producción, junto con rigurosos controles de calidad, hacen de los vinos con Denominación de Origen algo único. Esta designación suele aparecer debajo del nombre del vino. Sin embargo, si el producto es francés, encontrarás en su lugar el término “Appellation d’Origine Contrôlée”.

 

Por otro lado, si ves el título “Denominación de Origen Calificada”, estarás ante un vino español de larga tradición. Esta distinción se otorga a regiones que han mantenido la Denominación de Origen durante al menos 10 años. Un ejemplo notable de esta clasificación es La Rioja.

 

¿Buscas vinos de otras regiones igualmente tradicionales? No dudes en explorar etiquetas con nombres como Burdeos, Piamonte, La Toscana y Ribera del Duero.

4. Contraetiqueta de un vino

Además de proporcionar información legal como el distribuidor y embotellador del producto, la contraetiqueta te ofrece la oportunidad de dejar volar tu imaginación con diversas sugerencias de maridaje. También incluye una nota de cata detallada que describe el color, aroma, sabor, crianza y hasta la temperatura óptima para consumir el vino. Así, degustar este elixir se convierte en una experiencia extraordinaria, enriquecida por su personalidad única plasmada en la etiqueta.


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